domingo, 11 de septiembre de 2016

Carta al mundo

"Eres buena" dice mi madre después de llorar porque me ha gritado. Lo sé mamá, pero a veces siento que nunca soy lo suficientemente buena para ti.
"Eres buena" me susurra mi padre mientras estamos abrazados. Puede ser, pero me cuesta mucho, muchísimo. Quiero ser buena para ti papá, pero es algo que a veces no está en mi mano.
"Eres buena" mi hermana pequeña me lo dice sonriente. Sé que eres la única persona del mundo que me admira y lo cree de verdad, pero cuando tengas mi edad entenderás que no es cuestión de ser buena o mala. Simplemente soy yo y tú serás tú, y probablemente tú seas realmente buena.
"Eres buena" me dicen mis amigas guiadas por sus sentimientos. Es bonito y a la vez es triste que pongáis por encima la parte de mi que vale la pena en vez de que me destroza y a todos los que estáis a mi alrededor. Sabéis que nuestra amistad es verdadera y es pura y es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. Pero no chicas, no soy buena, solo me queréis aún con mis defectos.
"Eres buena" comenta el psicólogo mirando sus notas desde su cómodo sofá de vida apacible sin problemas. No es muy objetivo describiendo mis problemas pero le agradezco que al menos me haya escuchado llorar y gritar estos últimos meses, aunque soy consciente de que cuando yo sigo dándole vueltas a mis problemas al acabar la sesión usted se toma un café con su mujer y hablan de política y películas de comedia. No importa, lo entiendo.
"Eres buena" asegura mi enfermera, y creo que lo dice sinceramente aunque apenas nos conozcamos. Gracias, gracias por cuidar de mi salud estos meses. Contigo es diferente que con el psicólogo porque tú de verdad te implicas con sus pacientes, al menos lo has hecho conmigo a cambio de cuatro duros. Eres de esas personas que marcan a otros solo por cómo hablas y cómo actúas con los demás. No sabría cómo explicarlo, pero tienes ese aura que me hacía estar tranquila cuando entrabas aunque fuera para inyectarme morfina. Entonces son dos veces gracias: la primera por cuidar de mi salud como enfermera y la segunda por cuidar de mi como persona y como mujer.
"Eres buena" se supone que dice Dios, aunque nunca lo haya escuchado de su propio ser. Supongo que existes, sino no tendrías tantos seguidores, pero a mi personalmente me cuesta creer en ti con todas las tragedias que hay en el mundo. En fin, quién sabe, a lo mejor después de esto descubro al fin la verdad aunque no pueda contarla. No tengo nada que agradecerte, solo tengo reproches hacia ti. No es personal, necesito culpar a alguien que no exista en mi círculo personal para no poner a nadie triste. Sé que todo esto es culpa mía y nada más que mía y eso me demuestra que no existes, porque de alguna manera u otra lo habrías evitado.
"Eres buena" me digo a mi misma. Bueno, tanto como buena no sé, pero creo que no he sido tan mala. A quién quiero engañar, he hecho daño a mi familia y a mis amigas y no se lo merecían. El daño que ha salido de mi estaba dirigido a mi en realidad pero habéis estado demasiado cerca y se ha desviado sin querer. Si fuera astrónoma la razón sería la gravedad de cada uno. Pero no lo soy y ya nunca lo seré. Hemos pasado unos buenos años y unos últimos meses terribles, ahora me toca decirte adiós querida yo. Es raro despedirse de una misma pero así es, quiero que desaparezcas de la faz de la tierra, quiero que echen tus cenizas al mar y que todos olviden que has estado ahí. Quiero que tu ser se mezcle con la sal y así al fin aportes algo a este mundo aunque no sea significativo para nadie, ni siquiera para mi.

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